

La Sierra del Aljibe, donde los hombres lo son de verdad, crece el jabato y sopla el viento de levante, entre piedras milenarias y el verde de la esperanza. Y desde la que puede verse, en lontananza, la muy española Isla de Perejil.
Mi vida ya no se basa, solamente en el negocio, aunque sea muy importante, sino también en la calidad de vida: Carmen, deporte y vivir. ANTONIO BLANCO LOZANO.
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